domingo, 17 de abril de 2011

Y el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo.

Hoy se empieza a celebrar en todo el mundo la "semana santa", la semana en que se supone fue la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo. Lamentablemente, es ya desde hace muchos años, una semana de "vacaciones" en lugar de una semana de "meditación".

Debiéramos celebrar los días en que la humanidad tuvo sobre la tierra a su Salvador. Debiera de ser un tiempo de recogimiento espiritual, de meditación en la obra de Aquél que nos salvó. Pero, no es así. Es la semana más larga de "vacaciones" con que se cuenta en todo el año... y hay que disfrutarla. Lástima. Quizás por ello es que la humanidad estamos como estamos. El punto es éste, uno de los motivos de meditación que debiéramos tener es el hecho de que cuando murió Jesucristo, el velo que tapaba el Lugar Santísimo fue rasgado de arriba abajo, es decir que Dios lo rasgó para que ya no fuera un lugar secreto para nadie. Para que ya no sólo los sumos sacerdotes pudieran entrar a ese lugar de la presencia de Dios, sino todos lo pudiéramos hacer y todos los días.

Eso es lo que hemos tratado de inculcar desde ésta columna por cinco años, que todos los días busquemos la presencia de Dios en nuestras vidas. Que todos los días busquemos una guía para nuestro hacer y nuestro caminar por medio de los consejos de Dios. Por medio de la lectura de su Palabra. Por medio de la oración. Meditemos.

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