miércoles, 27 de abril de 2011

Señor, confirma la obra de nuestras manos.

Platicábamos entre familia ¿cuál es la razón por la cual en ocasiones pasan sucesos desagradables en nuestra vida?. Y, sin embargo, el Señor no pierde el control sobre nosotros.

La gran mayoría de ocasiones es porque no consultamos con EL, qué es lo que EL desea que hagamos. Tenemos el tiempo y los recursos para ir a un viaje, y nos vamos; tenemos los recursos y el deseo de un auto de lujo, y lo compramos; un hijo nos pide una moto, y se la damos. Luego vienen las angustias de que el barco choca; que nos roban el auto o nos secuestran; que nuestro hijo tiene un accidente y casi se mata. Y la culpa, el reclamo, la queja... contra Dios. ¡Por qué nos ha de pasar a nosotros esto! ¡En dónde está Dios que permitió que ésto nos sucediera a nosotros! ¿Qué hicimos, Dios mío! No nos suceden eventos como éstos por "lo que hicimos", nos suceden por "lo que NO hicimos". ¿Consultamos con Dios? ¿Le pedimos permiso a Dios? ¿Oramos para ver si era su voluntad el bendito viaja, el auto, la moto?

Dice la escritura: "Y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros; sí, la obra de nuestras manos confirma" (Salmo 90:17). Consultemos con Dios, TODO. Consultemos si hemos de ir; consultemos si hemos de hacer; consultemos si hemos de comprar; consultemos si hemos de salir; nos dijo EL que "sí", o, nos dijo que "no", o que esperáramos. Meditemos.

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