martes, 19 de abril de 2011

Cuando Dios manda.

Amós, es un personaje bíblico que nosotros conocemos como profeta, pues está en las escrituras como el profeta Amós. Pero, realmente no era un profeta, él mismo nos lo aclara en el capítulo 7 y verso 14, cuando nos dice: "No soy profeta ni hijo de profeta, sino soy boyero (persona que pastaba bueyes).

Sin embargo, Dios lo envió a profetizar en contra de Israel por la idolatría en la que había caído nuevamente el pueblo, y en esos menesteres andaba cuando se le presenta Amasías y le quiere prohibir que lo haga, especial y específicamente porque lo que está profetizando no son buenas noticias para Israel, pues es el cautiverio. Así la situación, Dios le manda a decir a Amós que sentencie a Amasías con las siguientes palabras: "Por tanto, así ha dicho Jehová: Tu mujer será ramera en medio de la ciudad, y tus hijos y tus hijas caerán a espada; y tu tierra será repartida por suertes; y tú, morirás en tierra inmunda e Israel será llevado cautivo lejos de su tierra" (Ampos 7:17).

Todo sucedió como Dios lo dijo. La lección que nos deja ésto es que: "Todo aquél que es un estorbo a los planes de Dios, sufrirá las consecuencias y será quitado de en medio, no importa por medio de quién el Señor hable, si es una persona con autoridad humana o no, media vez Dios lo autorice todo se cumplirá". Meditemos.

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