lunes, 4 de abril de 2011

Orden, disciplina, y perseverancia.

¿Ya se puso usted a pensar qué fuera de nosotros si Jesús no hubiera tenido éstas tres virtudes? ¿En quién pudiéramos confiar si no lo tuviéramos a él?

Imagenemos que hubiera sido de la samaritana si Jesús les hubiera dicho a sus discípulos, miren, hoy no tengo ganas de pasar por Samaria, es indispensable pero no tengo ganas. Simplemente la samaritana, aquella que cinco maridos había tenido y el que en ese momento tenía no era su marido, estuviera en el infierno. Qué hubiera pasado si cuando Jesús le dijo a Pedro, anda Pedro pon tus pies en agua, se los hubiera dicho a todos, una de dos, o hubiera tenido que hacer un milagro gigante para salvarlos, o, hubiera tenido que tirar la red para rescatarlos a todos. Y, si luego de treinta años de preparación, y tres y medio de predicación, a Jesús se le hubiera ocurrido decir, bueno hasta aquí, a la cruz si no voy. Nos perdemos la salvación. De nada hubieran servidos todos los esfuerzos y las luchas de esos treinta y tres años y medio anteriores, y un Plan de Dios de miles de siglos.

Seamos ordenados, seamos disciplinados, seamos perseverantes. Ese fue el ejemplo que nos dejó nuestro "ejemplo" (Jesús). El es nuestro "modelo", por ello nos llamamos cristianos. Meditemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario