viernes, 11 de febrero de 2011

Y Jesús lloró.

Nos narra el verso más corto de la biblia lo siguiente: "Jesús lloró" (Juan 11:35).

Esta escena se realizó frente a la tumba de Lázaro, y fue cuando éste llevaba ya cuatro días muerto y enterrado. Todos dijeron, pero qué va a hacer Jesús, si éste ya apesta después de tanto tiempo muerto. Pero nos dice la escritura que Jesús, parado frente a la tumba de Lázaro: Lloró. Casi toda la cristiandad creemos, en éste pasaje, que Jesús lloró por la tristeza de haber perdido a Lázaro. Pero, ¿qué si nos ponemos a pensar que Jesús no lloró por Lázaro, sino por todos los que estaban allí y por nosotros, incrédulos, que no hemos llegado a comprender que Jesús es la vida. Y que, aún y cuando, estuviésemos muertos en vida o muertos en un sepulcro, igual, él es capaz de darnos vida espiritual eterna?

No será acaso, que todos los días cuando dudamos del poder de Jesús, lo hacemos llorar. No será acaso que cuando pensamos que no nos quiere o no nos puede sanar, lo hacemos llorar. No será que cuando pensamos mucho en qué comeremos y qué vestiremos, cuando él alimenta aún a los cuervos inmundos, lo hacemos llorar. No será que nuestra falta de fe en lo que él es capaz de hacer, lo hace llorar aún hoy en día. Meditemos.

1 comentario:

  1. Ola, ola. hermano en Cristo. El hombre llora al entrar al mundo, el niño llora, los padres lloran. Muchos ocultan sus llantos y lloran ocultamente, porque tienen vergüenza de los que le ven, pero cuando ríen, lo hacen públicamente. Jesús el amado, no oculto sus sentimientos profundo de amor y de compasión. El no lloraba por Lázaro, el lloraba por sus amigos, lloraba por la familia de Lázaro y por los incrédulos. Y creo que el sigue llorando cuando ve que nos hemos convertido en seres insensibles al dolor ajeno, y hemos dejado que lo material se apodere de nosotros. su amor, su clamor, nos dice que volvamos por la senda antigua. No al evangelismo moderno, sino al evangelimos de la iglesia primitiva. (Ezquiel 33:11).

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