lunes, 7 de febrero de 2011

No seáis ásperos.

En el libro de los Colosenses en el capítulo 3 y verso 19, Pablo nos recomienda a los maridos: "No seáis ásperos con vuestras esposas". La palabra áspero en uno de sus significados en nuestro idioma castellano expresa: "desapacible al oído, al gusto, o al tacto". Desapacible singinifica "sin paz".

Uno de nuestros pasatiempos personales es trabajar la carpintería, de hecho, con el tiempo, hemos ido arreglando nuestra pequeña casa de la montaña para irla convirtiendo en una imagen vaga de lo que es una verdadera cabaña. Pero en ése camino nos hemos dado cuenta que la madera rústica tiene que ir siendo tratada poco a poco y con más esmero en cada paso para que de rústica, de áspera, de natural... pase a ser una tabla o un tablón en donde un niño pueda recostarse o sobarse sin ser lastimado por una astilla. Así de ásperos, somos los hombres con nuestras mujeres, sean éstas madres, esposas, hermanas, hijas, nietas, etc. si NO DEJAMOS que el Señor nos tome de la mano y nos guíe.

Si el camino lo tomamos solos, vamos a ser ásperos con nuestras mujeres. Si el camino lo llevamos con el Señor, él nos hará tiernos, él nos enseñará a tratar a las mujeres como él nos trata a nosotros. Y, la pregunta es. ¿Nos trata ásperamente Dios a nosotros? Meditemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario