miércoles, 2 de febrero de 2011

Antes de y depués de.

Los hitoriadores han dado en dividir la historia en antes de Cristo y después de Cristo. Creyentes y no creyentes manejan sus días y sus vidas a la luz de éste pensamiento, y nadie, en todo el mundo lo hace de otra forma (al menos en el mundo civilizado).

Toda persona tiene también un antes y un después de haber tenido un encuentro personal con Cristo. Ya sea que se conozca, acepte, y siga a Cristo o no, su vida cambia de allí en adelante. Esto no es nada nuevo pues nosotros podemos ver cómo, cuando los doce apóstoles conocieron a Cristo, lo aceptaron, y caminaron con él por tres años y medio... NUNCA fueron los mismos. Acuérdese usted de aquellos hermanos pescadores Juan, Jacobo, Pedro y Andrés. Personas sencillas, sin estudios, de pocas y escazas palabras, luego de que Nuestro Señor ascendiera al cielo, se volvieron elocuentes, por unción del Espíritu Santo hablaban en varios idiomas (eso fue el don de lenguas, no hablar palabras incoherentes que NADIE entiende)(vea Hechos 2:7-11 en donde personas de más o menos 18 nacionalidades distintas escucharon SU idioma o dialecto de parlantes judíos).

Eso espera Cristo de nosotros, que seamos diferenes luego de conocerle. Quiere que le aceptemos, y por supuesto, quiere que le sigamos. Entonces él hará de nosotros personas útiles, elocuentes, con un tipo de vida diferente a la del mundo. Una vida que de vida. Meditemos.

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