domingo, 8 de mayo de 2011

Prueba o consecuencia.

Muchas personas nos escriben para preguntar ¿Qué será lo que está pasando? ¿Por qué me sucedió esto? ¿Por que será qué? ¿Qué hicimos mal?, son preguntas muy lógicas que uno se hace cuando algo está sucediendo en nuestra vida, y uno cree que todo se salió de control.

Las experiencias personales y ajenas, así como la escritura misma nos dan una respuesta. En ocasiones lo que nos sucede es puramente una "consecuencia" de una mala acción, de una mala decisión, de un error personal que cometimos. Nos están ahogando las deudas porque como ganábamos bien nos metimos a comprar mucho sin planificación... eso es una "consecuencia" de nuestros errores. Pero, si estamos tratando de planificar nuestra vida lo más correcto posible y un accidente, una enfermedad repentidna nos acomete... eso es una "prueba" de Dios para con nosotros. Muchos líderes tienen la mala costumbre de predicar que Dios no prueba a NADIE, nosotros sostenemos la doctrina de que Dios prueba a TODOS. ¿Cómo sabe usted que una marca o que un producto es bueno, si no lo prueba? ¿Cómo sabrá Dios que nosotros tenemos fe, si no nos prueba? El Rey David experimentó una consecuencia cuando tocó a Betsabé en adulterio, pero pasó una prueba cuando Saúl lo perseguía sin haber hecho él algo malo.

En ambas situaciones Dios derrama gracia y nosotros, si nos tomamos de su mano, salimos adelante, pero, volviendo a las experiencias personales y ajenas, podemos declarar que hay más gracia cuando es una prueba que cuando es una consecuencia lo que estamos experimentando. Meditemos.

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