miércoles, 11 de mayo de 2011

Pedid y recibiréis.

A donde usted alce sus ojos encontrará personas necesitadas, unas de consuelo, otras de economía, otras de salud, otras de compañía, y así, todos tenemos alguna carencia diaria. Le tenemos una noticia: ¡Esa no es la voluntad perfecta de Dios para sus hijos!

El deseo de Dios para sus hijos era que tuviéramos todo y de todo, el Edén era un lugar de cielo sobre la faz de la tierra, lastimosamente se arruinó por un detalle: "El pecado". Nuestra vida puede llegar a ser un Edén, si nosotros ponemos todas nuestras fuerzas en el Señor, para que sea él quien venza el pecado por nosotros. Que es más fácil decirlo que hacerlo, eso está claro. Pero con el sólo hecho de que hagamos la lucha, Dios ya se manifiesta en y para nosotros. Jesús les dijo a sus discípulos en Mateo 7:7: "Pedid y recibiréis; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá".

Dios es un padre para nosotros, y así como a un padre terrenal un niño le dice: Papá, me pidieron unos libros en el cole, y ese padre lucha por conseguirlos, así, nuestro Padre Celestial quiere agradarnos también. Así, que, como dice el escritor de Hebreos: "ACERQUEMONOS CONFIADAMENTE AL TRONO DE MISERICORIDA" y la recibiremos. Meditemos.

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