lunes, 23 de mayo de 2011

Bienaventurado serás y te irá bien.

¿Quién no desea que su trabajo de buen fruto? ¿Quien es aquél que no anhela sentarse a la mesa a comer el fruto de su trabajo... en paz? ¿Quién no desea acostarse en armonía con su pareja? ¿Quién no se goza, parado frente a la puerta del dormitorio de sus hijos, verlos dormir tranquilos, seguros, y confiados?

Dios nos dijo: "Bienaventurado serás y te irá bien, cuando comieres el trabajo de tus manos... PORQUE... Bienaventurado TODO aquél que teme a Jehová y que anda en sus caminos". Como dicen los fanáticos de cualquier equipo en un estadio cuando su equipo anota y se acerca al empate con el otro equipo. SI SE PUEDE, SI SE PUEDE. Sí, nosotros también podemos vivir en paz, nosotros también podemos comer seguros en casa, nosotros también podemos gozarnos de ver a nuestros hijos tranquilos y confiados, con tan sólo TEMER a Dios y ANDAR en sus caminos (Salmo 128:1-2).

Ahora bien, lo hemos dicho muchas veces, temer a Dios no significa tenerle miedo, sino amarlo, honrarlo, obedecerlo en sus estatutos, en sus mandamientos, en su ley. No es fácil matar nuestros deseos, pero tampoco lo vamos a hacer con nuestras fuerzas pues esas fuerzas las da EL, y se llaman misericordia y gracia de Dios. Meditemos.

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