miércoles, 4 de mayo de 2011

Necesitamos un guía.

Acabamos de estar en el Hotel San Buena Ventura en el Lago de Atitlán, en Sololá, Guatemala. Es un hotel que tiene aparte del hospedaje, un parque con una serie de distracciones preciosas y emocionantes para ayudar a distraerse a los turistas.

El hotel está construido en una planicie frente a la riviera del lago, pero la montaña que forma parte del complejo la han utilizado para las distracciones, tienen una caminata que llaman "larga" por toda la montaña, la cual incluye nacimientos de agua, cascadas, y puentes colgantes entre barrancos; luego tienen una caminata que llaman "corta", pues solamente cubre media montaña, se pueden apreciar una jaula natural y gigante de monos salvajes, puentes colgantes, y unas cataratas pequeñas; tienen el sendero a la playa que cubre la subida y bajada de dos montañas por un camino lleno de pinos recién sembrados, y en la playa un jardín muy bien cuidado; pero, la sensación del parque es el área que llaman de "canopy", son largos paseos en sogas metálicas y poleas que atraviesan profundos barrancos entre montaña y montaña. Las primeras tres distracciones se hacen por medio de señales y las puede realizar usted sólo, pero la última no. Para la última si usted no solicita un guía, simplemente está prohibido hacerlas por el riesgo de muerte.

En la vida, nosotros podemos (aunque no debiéramos) realizar caminatas en las cuales nuestro propio criterio, nuestro instinto, nuestra intuición, nuestras antiguas experiencias nos pudieran llevar a un felíz final. Pero, en lo espiritual no debe ser así. En lo que a nuestra vida espiritual se refiere, TODA LA VIDA es como pasar sobre profundos barrancos en canopy, y es por ello que necesitamos un guia, pero no uno humano sino uno espiritual, JESUS. Meditemos.

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