domingo, 4 de septiembre de 2011

No solo sino que también.

En nuestro medio latino cuando alguien se quiere pasar de listo le decimos: "No solo sino que también". Ese dicho se pudiera ajustar perfectamente a algunas situaciones bíblicas, veamos una.

Dios le habla a Abraham y le dice que será "el padre de muchedumbres, que de sus lomos vendrán muchas gentes" (Génesis 12:2). Pero resulta que del día de la promesa para 10 años después (Génesis 16:3), no había pasado nada, así la situación, viene Sara y utilizando una ley que reinaba en aquellos días que decía: "cuando una mujer no puede darle hijos al esposo, puede tomar a una de sus siervas y el hijo que nazca de esa unión será heredero del hombre. Le da pues a Abraham a su sierva Agar, unión de la cual nace Ismael. Pero, resulta que esa idea NO era parte del plan de Dios. Una prueba es que cuando Agar se ve privilegiada sobre su ama, se burla de ella, y la otra es que Dios mismo le dice a Abraham que eche de su tienda a Isamel y a Agar pues no son ellos los incluidos en el plan. Entonces Sara se enoja y llama a Abram para reclamarle así: "mi afrenta sea sobre tí" (Génesis 16:5). Luego, encima de que la idea fue de ella y no de Abraham, ahora viene y no le recrimina la burla de la sierva... sino su esterilidad. Como quien dice: "no solo sino que también".

No podemos andar por el mundo cometiendo errores, y luego, echándole la culpa a otros por los resultados. Tenemos que ser conscientes, tenemos que ser responsables de nuestros errores, y por supuesto, pagar las consecuencias. Meditemos.

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