miércoles, 21 de septiembre de 2011

El lugar en el que estás es tierra santa.

El Antiguo Testamento contiene entre sus libros, los primeros, la Ley de Dios. Aquella Ley que Moisés recibiera escritos por la propia mano de Dios en el Monte Sinaí, tambíen conocido como Monte Horeb (Exodo 19-20).

Los demás libros son, los de los profetas que contienen las profecías prontas y de largo plazo para el pueblo de Israel, con los respectivos juicios a las naciones que estén en contra de dicho pueblo. Y, además, hitórias y anécdotas de los hombres de Dios que nos enseñan lecciones prácticas para nuestra vida. Entre las lecciones que se nos muestra como ejemplo, queremos hoy mencionar la de Moisés cuando parado frente a la zarza que ardía y no se consumía, Dios le dice: "Moisés, quita el calzado de tus pies, pues la tierra en donde tú estás, tierra santa es" (Exodo 3:5). No hay, quizás, una zarza ardiendo en nuestras casas, en nuestras oficinas, en nuestros trabajos de campo, pero debemos estar agradecidos por TODO lo que el Señor nos provee cada día para la subsistencia. Que el vecino tiene más que nosotros, que mi hermano está siendo más prosperado que yo, que mi mejor amigo es millonario y yo no, etc. Eso, no debe impedir que seamos agradecidos con "la tierra que el Señor está bendiciendo para nosotros".

El desempleo, la necesidad, la escacez, la enfermedad, y hasta la muerte está campeando por todo el mundo... y a nosotros no nos ha tocado. ¡Eso es estar parado sobre tierra santa! Meditemos.

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