miércoles, 28 de abril de 2010

Te encarezco delante de Dios (Parte IV).

Dice la Palabra de Dios que antes de la segunda venida de Jesús, vendrá el espíritu de Elías, así como en la primera vez. Y, ¿En quién vino y reposó, y qué fue lo que predicó el espíritu de Elías en la primera venida del Señor? Pues todos sabemos que vino a la persona de Juan el Bautista, y lo que predicó fue el "arrepentimiento de pecado" (hechos 13:24). Y, que solamente aquellos que lo recibieron fueron salvos.

Ahora bien, ese mismo espíritu que vino y reposó en Elías, ese mismo espíritu que vino y reposó en Juan el Bautista, vendrá de nuevo. Será no una oportunidad para que la humanidad entre al reino de Dios sino será la "última" oportunidad. Pero si nosotros analizamos y estudiamos la historia, veremos que ese espíritu no vino NUNCA con un mensaje de paz, poder y prosperidad. No estamos diciendo ni promulgando aquí, que toda persona que tenga riquezas o bienes se irá al infierno si no las deshecha. No, lo que estamos diciendo es simplemente que el mensaje del espíritu que reposó sobre los hombres que Dios envía, no habla de bienestares materiales sino de bienestares espirituales. Que es un espíritu que nos guía a que las riquezas y los bienes materiales dependan de nosotros y no nosotros de ellos.

Recalcamos pues, que el espíritu de Dios, el espíritu que repose sobre aquellos hombres que anuncien la venida del Señor, será un espíritu que guíe a la humanidad al "arrepentiento" del pecado, no a la poseción y conquista de bienes materiales. Y, que tengan presente en sus corazones y sermones lo que Pablo dijo a Timoteo: "Te encarezco pues, delante de Dios que prediques la palabra, que instes a tiempo y fuera de tiempo, que redarguyas, que reprendas, y que exhortes con paciencia y doctrina. Meditemos.

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