jueves, 30 de septiembre de 2010

Nadie se sale con la suya... delante de Dios.

Muchas veces pensamos que porque el castigo o la corrección no vienen inmediatamente es porque no vendran nunca. Al menos ese es el pensamiento de muchos de los impíos, y es esa precisamente la razón por la que no cambian su sistema de vida, hasta que, ya es demasiado tarde y están presos o muertos. ¡Ojalá no sea ese el caso de los que nos decimos creyentes!

Hay un dicho muy popular que reza: "Dios tarda pero no olvida", y es cierto. Dios le dijo a Jeremías que le escribiera al pueblo el siguiente pensamiento: "Porque tus ojos están abiertos sobre TODOS los caminos de los hijos de los hombres, para DAR a cada uno según sus caminos, y según el FRUTO de sus obras" (Jeremías 32:19). Hasta en los grandes hombres de fe que han caído en pecados o faltas graves se ha cumplido dicha sentencia. Noé, el hecho de emborracharse le trajo como consecuencia el perder a uno de sus hijos, Cam. David, el hecho de tener muchas esposas le trajo como consecuencia el tener división entre sus herederos. Salomón, por tener muchas esposas y agradarlas con sus ídolos le trajo perde el reino.

Nunca pensemos que a nosotros nos irá mejor que a ellos, si a ellos que fueron mucho más entregados de lo que somos nosotros (al menos pensando en la generalidad e incluyéndonos), no seremos una excepción a la hora del castigo si pecamos. Quizás a los hombres tenemos muy bien engañados, pero no a Dios. Meditemos.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Oremos por la ciudad en donde vivimos.

Como hemos venido viendo en el libro de Jeremias, este ha sido mandado por Dios a decirle al pueblo que se preparen porque iran en cautiverio. Ademas les dijo que los que no fueran en cautiverio moririan. Esto es una leccion practica para los creyentes del dia de hoy. O vamos al cautiverio de las aflicciones, de las penas, de las angustias, del evangelio de la cruz; o simplemente adecuamos nuestro evangelio al libertinaje, sabiendo que, el primer sistema de vida nos da vida pero el otro no.

Pero, quizas la leccion mas importante que Dios queria dar en ese pasaje del pueblo de Israel, es el hecho de que a los que van en cautiverio les dice: "Edificad casas, y habitadlas; y plantad huertos, y comed del fruto de ellos; casaos, y engendrad hijos, y dad maridos a vuestras hijas (por supuesto de dentro de ellos mismos, no de los pueblos extranjeros), para que tengan hijos e hijas; y multiplicaos ahi, y no os disminuyais; y procurad la paz de la CIUDAD a la cual os hice transportar, y ROGAD POR ELLA A JEHOVA; porque en su paz tendreis paz" (Jeremias 29:5-7).

Esa es la voluntad perfecta de Dios, de nosotros depende que tengamos paz en medio de la ciudad en donde vivimos, media vez cumplamos los requisitos: vivir apegados a lo que El desea de su pueblo; tener una familia unida; rogar por esa ciudad. No va entonces a importar nada de lo que suceda en ella, porque Dios estara con nosotros y tendremos y estaremos en paz. Meditemos.

martes, 28 de septiembre de 2010

¿Cual es la razon por la que debemos vivir correctamente?

¿Cual es el motivo por el que debemos de luchar por vivir nuestra vida lo mas correcto posible? ¿Sera solamente porque nos lo enseñaron nuestros padres? ¿Porque nos lo enseñaron en la escuela? ¿Para evitar ir a la carcel?.

No. Todo ser humano y especialmente los creyentes debemos vivir una vida correcta por razones de mayor peso. Uno, es lo que Dios desea que hagamos, porque somos testimonios a los otros creyentes, pero tambien a los no creyentes. Dice Pablo que los creyentes somos como epistolas (libros) abiertos a los demas (2da. Corintios 3:2). Dos, porque Dios a premetido galardones a cada uno de sus hijos, y asi como en la vida queremos lo mejor, tambien debieramos desear los mejors galardones en la eternidad (Lucas 6:23; Apocalipsis 22:12). Tres, porque cuando muramos Pablo nos dice: "Porque es necesario que todos nosotros compadezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba segun lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea BUENO o sea MALO" (2da. Corintios 5:10).

Eso es, "cuando muramos", por ello es que no debemos temerle a la muerte si vivimos agradando a Dios, pues el mismo Pablo nos habia dicho antes: "Asi, que, vivimos confiadamente siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos AUSENTES al Señor (ver el verso 6)". El estar metidos en este cuerpo mortal es lo que nos impide ESTAR ausentes de la presencia de Dios, no temamos morir pues si estamos viviendo bajo su cobertura. Meditemos.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Un recordatorio del Apostol Pablo.

Una de las razones por las cuales Pablo les escribe la segunda carta a los santos de Coritntios es: "Para que no se olviden de las tribulaciones, y que vivan menos libertinamente". Lo hemos dicho repetidamente desde esta ventana, pero no nos cansaremos de hacerlo: "El creyente que no acepta el sufrimiento, es un creyente que no crece".

Pablo lo explica de la siguiente manera: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Bendito sea el Dios y Padre nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolacion, el cual nos consuela en todas las TRIBULACIONES, para que podamos tambien nosotros CONSOLAR a los que estan en cualquier TRIBULACION, por medio de la consolacion con que nosotros somos consolados por Dios. Porque de la manera en que abundan en nosotros las AFLICCIONES de Cristo, asi abunda tambien por el mismo Cristo nuestra consolacion (2da. Corintios 1:1-5). ¿Que es lo que nos esta diciendo Pablo?

Pablo nos dice que el evangelio que Jesus anuncio, aquel evangelio de la Cruz, es un evangelio que lleva incluido el sufrimiento. Que no es cierto que al llegar a los pies de Criso... todo es color de rosa como se dice coloquialmente. Es un camino duro el evangelio, la diferencia es que Dios Padre, Cristo,y el Espiritu Santo nos acompañan y nos guian en nuestro diario vivir. Meditemos.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Desde la antiguedad lo vienen diciendo.

Hay conceptos, pensamientos, o doctrinas que desde el principio de la humanidad Dios nos viene enseñando, pero la necedad del corazon humano se resiste a aceptarlas, y, muy lamentablemente hoy en dia hasta a discutirlas. Nosotros conocemos como La Biblia, el conjunto de escrituras que tanto judios como gentiles de los primeros años de la era cristiana aceptaron en lo que llamamos Canon Biblico.

Pero, existen otros libros que no por el hecho de NO ser canonicos, quiera alguien negarles las verdades que tienen escritas. Dichos libros no los mencionamos nosotros a discrecion, sino la misma escritura los menciona y los refuerza, ejemplos: "El libro de Jaser, llamado El Justo" (2da. de Samuel 1:18); "El Libro de los Hechos de Salomon" (1era. de Reyes 11:41); "El Libro de las Genealogias de Israel" (Nehemias 7:5); Y tambien tenemos otros libros como el "Libro de Enoc" que no es mencionado directamente en las escrituras, pero que tiene referencias en varias partes de ella. Dice Enoc en su libro: "Mirad que El (Dios) viene con una multitud de santos, para ejecutar el juicio sobre TODOS y aniquilara a los impios y castigara a toda carne por sus obras impias; las cuales ellos han perversamente cometido, y de todas las palabras altanera, y duras que TODOS los malvados pecadores han hablado contra EL" (Libro de Enoc 1:9). Y usted mira en Deuteronomio 33:2; en Judas, versos 14 y 15; y ve que son "literalmente" las mismas sentencias, y es mas, en el libro de Judas se hace referencia a que "Enoc profetizo asi".

Asi, pues, podemos decir que desde el principio Dios nos ha declarado que hay dos grupos de personas, los buenos y los malos; los pios y los impios; los justos y los injustos; los benditos y los malditos; los elegidos y los no elegidos; los santos y los pecadores, denominelos como quiera usted, pues esa misma denominacion les da Dios en el transcurso de 66 libros, 1,189 capitulos, y 31,173 versiculos. Asi pues habra un castigo para unos y un premio para los otros. Meditemos.

viernes, 24 de septiembre de 2010

¡Ay de los pastores que destruyen!

A Jeremías se le conoce como el profeta llorón, pues toda profecía que dio era "negativa" a criterio de los sabios de su época. Pero, lo que los sabios de su época no comprendieron sino hasta que ya fue demasiado tarde, era que sus palabras no eran suyas sino venían de Dios. En otras palabras Jeremías no profetizaba para agradar al pueblo sino decía lo que Dios le declaraba que dijera.

Así, debido a los pecados de idolatría del pueblo, Dios envía a Jeremías a advertirlo que su pecado ha sido tan grande, que irá en cautiverio a tierra lejana y desconocida. Pero, los pastores y profetas que estaban en contra de Jeremías y que no escuchaban la voz de Dios, profetizaban: "paz tendréis y no vendrá mal sobre vosotros" (Jeremías 23:17). Por ello, Dios le dice a Jeremías lo siguiente: "¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño!" (Jeremías 23:1); "Tanto el profeta como el sacerdote (pastores que dicen paz) son impíos; aun en mi casa hallé su maldad" (Jeremías 23:11); "No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová" (Jeremías 23:16).

En éstos días estamos viviendo una oleada de la misma agua amarga de falsas profecías, tenemos que tener cuidado de quién profetiza y aún del líder que nos dice: "Todo estará bien", "La economía se está arreglando", "Pronto vendrá la paz", etc. Ciertamente Dios prometió a su pueblo que lo libraría del mal y de su ira, como lo hizo con Noé (pero dentro del arca, no quitándolo), pero que el mal venía en los días en que la maldad se multiplicara como lo vemos hoy, también es palabra de Dios. Confiemos en que El nos cuidará, pero no creamos que el castigo, sus juicios, no vienen. Meditemos.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Libres en Dios o esclavos del pecado.

La escritura es muy clara en decir que, o somos esclavos de Dios o somos esclavos del pecado, ahora bien, lo curioso es que cuando somos seguidores del pecado... somos esclavos de nuestras debilidades; pero, cuando somos esclavos de Dios... somos libres de esas ataduras.

Dios es quien nos da la gracia para dejar de visitar a la mujer ajena, para dejar de fumar, para dejar el licor, los negocios sucios, las mordidas o palancas, la mentira, quien nos hace puntuales (por cierto, sabía usted que cuando no somos puntuales, somos ladrones, pues le robamos su tiempo a otros), etc. y al no tener esas ataduras entonces somos libres. Pablo nos exhorta a que cuando ya seamos libres de la esclavitud del pecado, tengamos cuidado de no abusar de la libertad. En 1era. Corintios capítulo 8 todos sus versos nos hacen el llamado en ese sentido. Allí, Pablo nos habla como ejemplo de las comidas, pero podemos aplicarlo a casi cualquier situación de nuestra vida.

La escritura también nos dice que: "Todo lo podemos hacer, pero que no todo conviene ni nos es lícito". En otras palabras, al seguir a Jesús él nos da libertad pero debemos cuidar que no se convierta en libertinaje, pues eso no le agrada a él, y más aún, puede llegar a ser tropezadero para alguien más pequeño o que esté fuera de la gracia de Dios. Cuidemos pues nuestro vivir para no entorpecer la caminata de otros. Meditemos.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Después de Dios... usted.

La idea de Dios al crear el universo fue poner como "centro" del mismo al hombre. Lo más importante para Dios en su creación es la raza humana, usted, su familia, Su Pueblo. Es quizás esa la razón por la cual primero creo los cielos y la tierra, luego creó todo lo que en ellos existe, para de último, cuando ya todo estaba dispuesto... poner al hombre sin que nada le faltara (vea Génesies 1).

Sin embargo, en el plan perfecto de Dios estaba contemplada la caída del hombre, ésta no le tomó por sorpresa. Dios NO improvisó el día que el hombre cayó, ya sabía el camino a seguir. Ese camino contemplaba la selección de un pueblo santo, con el cual había de hacer un pacto, y todo aquél que cumpliera con ese pacto sería considerado Su pueblo. En el Antiguo Testamento eso quedó muy claro pues si usted no era nacido de padres israelitas, usted NO tenía la opción de salvación, todos los demás pueblos eran considerados "enemigos" de Dios. Eso usted lo puede comprobar fácilmente leyendo casi cualquier porción de "todos" los libros del Antiguo Testamento. Para el Nuevo Testamento ese pacto que Dios había hecho cambió, pues mucha gente del pueblo de Dios lo dejó por otros dioses.

La libertad convertida en libertinaje fue lo que descalificó a muchos del pueblo antiguo de Dios, hoy, no es diferente. Desde que Jesús estuvo en cuerpo y alma sobre la faz de la tierra han habído errores doctrinales como Pablo se los hace ver a los Corintios. No es la letra, ni las ideas, ni seguir al hombre lo que nos salva, pues Pablo dice: "Porque la sabiduría de éste mundo, es insensatez para Dios, pues escrito está: Dios prende a los sabios en su astucia; el Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos" (1era. Corintios 3:19-20), es la relación diaria con Dios, la fe en Jesucristo la llave de la salvación. Meditemos.

martes, 21 de septiembre de 2010

Corazones engañosos, corazones benditos, y corazones malditos .

Dios le dijo a Jeremías: "Engañoso y perverso es el corazón humano más que todo en esta vida, ¿Quién lo conocerá?" Y, le agregó la respuesta:"Yo, Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de su obra" (Jeremías 17:9-10).

Israel, el Pueblo de Dios le había fallado a Dios con respecto al Pacto que había hecho con ellos: "Yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo; pero sólo a mí adoraréis, no tendréis dioses ajenos". Pero el pueblo falló, el pueblo se fue precisamente delante de otros dioses, y entonces Dios les dice: "Perderás la heredad que yo te dí, y te haré servir a tus enemigos en tierra que no conociste, porque fuego habéis encendido en mi furor, que para siempre arderá, MALDITO el hombre que confíe en el hombre, y su corazón APARTA de Jehová; pero BENDITO el hombre que confía en Jehová, y cuya confianza está en Jehová" (Jeremías 17:4-7).

Dios quiere que nuestra confianza la tengamos y la pongamos en EL, los que así lo hagamos seremos BENDITOS, pero los que no serán hechados al fuego eterno, eso dice Dios en el Antiguo Testamento, y es una línea que mantiene también en el Nuevo Testament; si decimos que somos creyentes, es precisamente porque le "creemos", de allí su denominación. Así que, a quien su corazón engañe y crea en los hombres será maldito; y a quien su corazón no le engañe y siga a Dios será bendito al final de su vida, y esto, muy independientemente de que Dios es amor, de que es bueno, de que es misericordioso, etc. eso no está en tela de juicio, sino las acciones del hombre. Meditemos.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Las recompensas de los salvos.

Como lo hemos dicho en otras ocasiones, la primera epístola de Pablo a los Corintios les fue escrita porque había "mucha confución doctrinal", tanto así, que la libertad que Pablo les había dicho que da el tener la salvación por un llamamiento de Dios (ver versos 1-3 de 1era. Corintios), no por palabras persuasivas de humana sabiduría, la habían convertido en libertinaje, al extremo de que un hijo tuvo como mujer a la mujer de su padre pero como iba a la congregación, creía que hacía bien (1era. Corintios 5:1-6).

Pablo inicia su mensaje de corrección a las malas doctrinas, haciéndoles ver a los cristianos de Corintios (no a los corintios en sí), que el día del juicio "todos" los creyentes seremos juzgados para entregarnos galardones. El grado de galardón, o la cantidad de galardón que recibamos, no dependerá de cuánto hayamos hecho sino de la calidad de lo que hayamos hecho. La salvación no se nos dará tampoco por lo que hicimos, sino por creer en el fundamento que es Cristo Jesús. Nadie puede poner otro fundamento, pues ningún otro fundamento da la salvación (ver verso 11). Pero, volviendo a las obras y a sus galardones Pablo expresa: "La obra de cada uno se hará manifiesta, porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará, si permanece la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa; si la obra de alguno se quemara, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo" (1era. Corintios 3:8-15).

Salvos serán sólo los que crean en Jesucristo, nadie más. Pero entre quienes creamos en Jesucristo se darán galardones, esos galardones, repetimos, no dependerán de lo que hicimos sino de la calidad de lo que hicimos, pues cuando sean sopesados y probados en el fuego lo que quede... será lo que designe el galardón a recibir, pero salvos seremos todos los que creamos en Jesucristo. Meditemos.

domingo, 19 de septiembre de 2010

¿Por qué se desagradó Dios con su Pueblo?

La gran mayoría de personas creyentes o no creyentes, ha escuchado la historia del Pueblo de Dios, Israel. Antiguamente Dios hablaba en persona con quienes le seguían y le agradaban, entiéndase Adán, Abel, Enoc, Noé, y luego, le habló a Abraham.
Entendiéndose que fue a Abraham a quien le dió una promesa: "Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré; y haré de tí una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición", y la bendición a todas las naciones "incluía" lo siguiente: "A quien te bendiga, bendeciré; pero a quien te maldiga, maldeciré" (Génesis 12:1-3).

Así, pues, fue con Abraham y con la promesa hecha a él que se dió inicio a la nación que más tarde sería llamada Israel, pero que en sus inicios se llamó "la simiente de Abraham", la única condición que Dios le había puesto a Abraham, éste la cumplió y por ello fue bendito: "alejarse de su pueblo, de su tierra, y de su familia", la razón... eran idólatras (vea Josué 24:1-3). Cuando los descendientes de Abraham dejaron de adorar solamente a Dios, convirtiéndose en adoradores de los dioses paganos, entonces fueron a cautiverio todas las veces que lo hicieron. Fue así, cómo, a Jeremías le dice nuevamente: Así dirás a éste pueblo: "Porque vuestros padres me dejaron, dice Jehová, y anduvieron en pos de dioses ajenos, y los sirvieron, y ante ellos se postraron, y me dejaron a mí y no guardaron mi ley, y vosotros habéis hecho peor que vuestros padres; porque he aquí que vosotros camináis cada uno tras la imaginación de su malvado corazón, no oyéndome a mí... por lo tanto los arrojaré de la tierra a tierra extraña" (Jeremías 16:11-13).

Dios se enojó más con los que ni siguiera oyeron su voz, que con los que habían caído en idolatría (aun y cuando castigó a ambos) porque lo ignoraron. No seamos nosotros hoy, igual que aquellos, pues sufriremos los mismos cautiverios. No idolatremos a otros dioses, ni dejemos de escuchar la voz de nuestro Dios, porque eso desagrada a Dios. Meditemos.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Y, el que no lo confiese qué.

Está tratando de introudcirse una doctrina muy peligrosa dentro de las filas del cristianismo, como toda mentira es tan sutil que está atrayendo a muchas personas a sus filas, aún, a aquellas que habiéndo estudiado por muchos años debieran estar fuertes en los caminos del Señor.

Se trata de la doctrina del "universalismo", su base es el "grande y eterno amor de Dios" motivo por el cual El sería incapaz de condenar a nadie al fuego eterno, pues contradeciría sus principios de amor, bondad, buena voluntad hacia sus criaturas, etc. El punto medular de su prédica es el hecho de que no solamente hay una "oportunidad o chance" de salvación, sino que es como un circuito de oportunidades hasta que la persona "entienda por convicción propia" que Dios es bueno y lo quiere salvar a usted "a toda costa". La escritura en todos sus libros tiene un sólo hilo de predicación, y el mensaje que nos da es claro, conciso y directo: "En Abraham serán benditas todas las naciones... pero todas las naciones que vivan por la "fe" en la simiente que le fue ofrecida a Abraham", y muchos conocemos que esa simiente se llama "Jesús". El libro de Romanos es muy claro al decir: "Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo" (Romanos 10:9).

La pregunta es: "¿Y, entonces, qué sucede con el que no creyere y no confesare?. Utilicemos la lógica por un momento, si usted me dice que una persona es de color, es por lógica, una persona que no es blanca; si usted me dice que esa persona es mujer, por lógica, esa persona no es hombre; si usted me dice que esa mujer es grande, por lógica, no es pequeña... Si usted me dice que esa persona no ha creído y no ha confesado a Jesús como su salvador, por lógica, no es salva, con todo y que Dios es amor, es misericordioso, y todos los atributos que usted quiera darle. Meditemos.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Somos columnas en nuestros hogares.

Aún las personas que no han estudiado ingeniería o arquitectura, saben de alguna manera que una construcción es sostenida por sus columnas, las vigas sirven para amarrar la construcción, pero son las columnas las que sostienen toda la estructura, amén, de poner los cimientos en suelo sólido.

Jesús en la escritura nos enseña a quienes creemos en EL, que todo verdadero creyente (no los que lo siguen por la sola comezón de oír su palabra) debe construir su hogar espiritual sobre la roca (Mateo 7:26). Esa roca, sabemos que es EL mismo (Romanos 9:32-33). Construir nuestro hogar sobre la arena, es construir sobre bases humanistas o doctrinas humanas que nos mal enseñan a llevar nuestra casa. Doctrinas que nos hacen creer que si no matamos, no robamos, no le hacemos daño a nadie... somos buenos. La Palabra de Dios nos enseña que "una buena persona" es un poco más que eso. La escritura divide a la humanidad en buenos y malos, en píos e impíos, en personas salvas y en personas condenadas. Mientras más seguros estemos de ello, más seguros estaremos en la construcción de nuestro hogar.

Las columnas en un hogar son el padre y la madre, en ausencia de alguno de los dos el otro es respaldado por Dios para que haga las funciones de ambos. Está en extremo probado que así es. Por lo tanto, lo que crean de corazón los padres o quien esté a cargo del hogar es más que fundamental para el destino eterno de las criaturas que lo conformen. Sólo hay un fundamento para las personas buenas, para los píos, para las personas salvas, y ese fundamento no es humanista ni humano sino es divino, y se llama Dios. Meditemos.

jueves, 16 de septiembre de 2010

El necio dice en su corazón: No hay Dios.

Cuando una persona está muy cómoda viviendo en sus pecados, y por consiguiente no quiere salir de ellos, la razón que da generalmente es que "no hay Dios". Que quienes creemos en el "invento religioso" de un Dios, estamos siendo engañados debido a nuestra debilidad pues todo lo que nos acontece es producto del destino, de la casualidad, o puras coincidencias.

No es eso lo que dice la Escritura, y, los que creemos en Dios por convicción propia que somos la gran mayoría, sabemos, no porque algún líder nos lo haya hecho saber sino por experiencias personales, que sí es así. Nos dice el escritor del libro de Hebreos que: "Y de manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio" (Hebreos 9:27). Así, también, se nos dice que al final de los tiempos, cuando todo el plan de Dios se haya consumado, entonces habrá un "tribunal divino" en el cual dice Apocalipsis que: "Los muertos, grandes y pequeños, estarán de pie delante de Dios; y los libros serán abiertos; y el libro de la vida será abierto, y serán juzgados cada uno según sus obras" (Apocalipsis 20:12 y 13).

Nadie se salvará de ser juzgado. La palabra utilizada para "juzgar" en apocalipsis es "Krino", que significa: juzgar, condenar, o, enfrentar a la ley, y su sentido más práctico es: Pronunciar una opinión concerniente a lo correcto o equivocado de una acción". Así pues, todos seremos juzgados por nuestras acciones, lo entendamos o no, lo querramos creer o no. Meditemos.

martes, 14 de septiembre de 2010

Cada uno dará cuentas a Dios de sí.

Es muy común que en la caminata que llevamos por éste mundo, especialmente entre los que nos decimos ser gentes de fe, veamos con profunda pena y tristeza que hay personas alrededor nuestro que dicen profesar la misma fe, pero que sus vidas distan mucho de ser un ejemplo a seguir en los pasos del Señor. Y, ojalá, nosotros mismos no seamos de esas personas que hacen tropezar a otros.

Pablo dice en el libro de Romanos: "TODOS compadeceremos ante el tribunal de Cristo" (Romanos 14:10b). En Apocalipsis se dice que llegará el día en que los "libros" se abran y las personas seremos juzgados por lo que está escrito en ellos (Apocalipsis 20:12). Jesús enseñó en el libro de Lucas, capítulo 16 lo siguiente: "Murió el rico y un pobre llamado Lázaro; y estando del otro lado de la vida el rico, alzando sus ojos, tuvo éste diálogo con Abraham: Ten misericordia de mí y envía a Lázaro a que moje la punta de su dedo con agua, y refresque mi lengua; Abraham respondió: no se puede porque hay una gran sima entre ambos lugares; Luego, el rico pidió que alguien de los muertos viniera a avisar a sus parientes a evitar que llegaran a ese lugar de tormentos, pero Abraham volvió a responder que no se podía" (Lucas 16:19:31).

Observemos que el rico estaba "vivo" pues tenía sed, podía ver, podía hablar, tenía sentimientos, tenía deseos, pero todo le era imposible de cambiar. Pablo dice en Romanos 14:12: "De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí". Cada minuto que pasa, cada hora que pasa, cada día que pasa... estamos más cerca de dar cuenta de sí mismos ¿Estamos viviendo de tal forma que moriremos como Lázaro, o, por el contrario pasaremos las penas, las verguenzas, y los tormentos del rico, por vivir con la indiferencia que él vivió? Meditemos.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Os ruego pues hermanos...

Pablo, cuando escribió el libro de Romanos, tubo a bien escribir muchos consejos para todos aquellos exiliados judíos en Roma, consejos que hoy en día son o debieran de ser una guía para nosotros los creyentes.

En el capítulo 12 y versos 1 y 2 nos dice: "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presenteis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional". ¿Qué nos está diciendo Pablo? Simplemente, que el mejor síntoma de "agradecimiento" que le podemos dar a Dios por todo lo que ha hecho por y para nosotros, es, mantener nuestros cuerpos limpios de pecado (sacrificio vivo), pues recordemos que en la antiguedad todo cordero que se sacrificaba a Dios tenía que ser limpio sin defecto; apartados (santos o santificados) de los placeres de la carne; y por lo tanto, agradables a Dios. Ahora bien, ¿cómo se podía y se puede lograr esto?

Pablo mismo nos lo dice en el verso 2: "No os conforméis a éste siglo". La palabra que pablo utilizó para "conorméis" fue " suschematizo" cuyos tres significados principales son: "moldear, adaptar, diseñar a sí mismos". ¿Qué nos estaba aconsejando Pablo entonces? Que una de las formas que tenemos para agradar a Dios es NO moldear nuestras vidas; NO adaptar nuestra forma de vida; NO diseñarnos a nosotros mismos bajo el sistema de éste mundo, sino solamente vivir en él, sabiendo que somos pasajeros o peregrinos que vamos a nuestra verdadera ciudad... la celestial. Meditemos.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Todos queremos estabilidad.

La estabilidad en nuestras vidas nos hace sentir seguros, nos da ánimo para seguir adelante en éstos ajetreados días, nos imparte cierta paz en medio de tanto trajín y de tanta inseguridad en las calles, en los trabajos, con los gobiernos, etc.

¿Qué nos da o cómo podemos alcanzar esa estabilidad? En tiempos que el profeta Jeremías ejercía su ministerio, esa era la condición del pueblo de Israel, "inestabilidad". ¿Por qué? Pues porque el mismo profeta había sido mandado por Dios a decirles que iban a ir al cautiverio, que serían expulsados de su tierra, que serían asoladas sus ciudades, que sus mujeres e hijos serían entregados a gentes extañas(2:19; 4:27; 5:19; y especialmente 6:11-12 de Jeremías), pero ellos NO quiseiron escuchar. Dios les había mandado a decir: "Jeremías, ponte a la puerta de la casa de Jehová, y proclama allí, ésta palabra: Mejorad vuestros caminos, y vuestras obras, y os haré morar en éste lugar, no fiés vuestras vidas a la mentira, mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y no oprimáis al extranjero, a la viuda, al huérfano, y no derraméis sangre inocente" (Jeremías 7:1-6).

Lastimosamente, pero muy lastimosamente, vemos hoy en día que éstos últimos factores son los que están destruyendo a nuestras sociedades, si echamos un vistazo al mundo veremos que las sociedades o naciones que están despreciando éstos consejos son (aunque se vean muy civilizadas aún, y aparentemente estables) las sociedades y naciones que tienen los mayores problemas internos y que caerán irremediablemente. El extranjero, la viuda y el huérfano son para Dios "sagrados" como "la niña de sus ojos", quien los toque pagará las consecuencias. Meditemos.

sábado, 11 de septiembre de 2010

No es lo que nosotros creamos, es lo que EL dice.

Ultimamente hemos visto a muchos creyentes y practicantes de la fe, pensar que su pecado es o fue tan grande que por ello no salen adelante. El enemigo está luchando por poner en sus corazones semillas de maldad y destrucción. Nos explicamos.

Son practicantes de la fe, pero creen que aún y cuando Dios les perdonó sus pecados, eso es todo lo que hará por ellos. Que la paz, la prosperidad relativa a la que podemos acceder hoy en día no es para ellos, que aquella tranquilidad que un día hubo no la habrá jamas, etc. Esas son mentiras que el enemigo está luchando por colocar en los hijos de Dios. NO ES ESO LO QUE DIOS NOS PROMETE. Vea usted el pecado de idolatría con que Israel lastimó a Dios al extremo de llamarlos: PUEBLO ADULTERO, POR ELLO TE DI CARTA DE DIVORCIO (Jeremías 2:27 y 3:8 y 20). Y luego, cuando el pueblo se arrepiente y es perdonado les promete que poseerán la tierra para siempre.

Sólo imagínese usted cómo esas ideas no vienen del corazón de Dios, pues al leer el libro de Romanos se nos dice: "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo AUN PECADORES...CRISTO MURIO POR NOSOTROS; mucho más ahora, estando ya justificados en su sangre, no seremos salvos de la ira de Dios" (Romanos 5:8-10). En otras palabras ¿Si cuando éramos enemigos de Dios por los pecados... nos dió la salvación en Jesucristo (por medio del arrepentimiento por supuesto); cómo podemos pensar que ahora que somos sus hijos, si hemos pecado y nos arrepentimos, no nos va a bendecir con perdonarnos de nuevo?. No es lo que nosotros creamos, es lo que EL dice. Meditemos.

viernes, 10 de septiembre de 2010

¿Qué es lo que Dios no puede darnos?

Cuando usted analiza la vida del hijo de un acaudalado señor, usted mira que a esa persona antes de nacer, ya le tenían un dormitorio arreglado con lo mejor posible en bienes; nació, en uno de los mejores hospitales; de niño, tuvo la mejor nodriza; estudió, en uno de los mejores colegios; de grande, le es elegida la mejor de las universidades; y el día de su casamiento, como decimos, tiran la casa por la ventana.

Y, eso, que la escritura dice (palabras de Jesús): "¿Qué hombre hay entre vosotros, que si su hijo le pide un pan, le dará una piedra? ¿O, si le pide un pez, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos, no dará lo bueno a los que le pidan? (Mateo 7:9-11). Ciertamente, Dios no está en los cielos como un Padre que concede todos los caprichos a un hijo, pero lo que sí nos asegura la escritura es que no nos dejará sin cubrir una necesidad. Lo hemos dicho en otras ocasiones, si necesitamos un empleo, quizás no nos de la gerencia del Banco Nacional pero nos dará uno; si necesitamos un vehículo, quizás no nos de uno blindado, pero nos dará uno; si necesitamos comer, quizás no comamos todos los días en un hotel cinco estrellas, pero nos proporcionará comida.

De la misma manera que un niño pequeño llega con humildad a decirle a su padre: Papi, hoy la maestra me dijo que mañana tengo que llevar un mapa, unos crayones, unas hojas de pintura, etc. y el padre lejos de enojarse, sale a ver en dónde consigue lo que el niño necesita, con esa misma "actitud" debemos pedirle nosotros a Dios. Dios no es un mago al que podemos obligar a que saque del sombrero lo que necesitamos, pero si se lo pedimos con una buena actitud y lo que pedimos realmente es necesario, lo más seguro es que nos lo conceda, y de no ser así, tengamos la seguridad que EL tiene algo mejor para nosotros. Meditemos.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Justificados... por la fe en Jesucristo.

En los tiempos de Jesucristo se utilizaba el término "Dikaioo" en griego, cuyos varios significados van desde: "Mostrar, exhibir, evidenciar, hasta... hacer recto, rectificar y emparejar". Estos últimos eran términos que utilizaban quienes hacían trabajos que "hoy" llamamos de imprenta, para emparejar lo que estaban haciendo.

Eso es lo que Dios desea hacer con nosotros, dice el libro de Romanos en el capítulo 3 y verso 10: "No hay justo, ni aún uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios". Pero, por ello fue que Dios Padre nos dió a Jesucristo, para que por medio de la fe en EL, seamos justificados. El término "justificar" aplicado a un texto significa que el texto queda parejo, sin salientes ni líneas más cortas que otras como es el caso de éste escrito. Y, en término humanos, Dios lo utiliza para ir tratándonos durante la caminata para quitar todos aquellos defectitos que no le gustan, para que al final de nuestras vidas estemos lo más parejos posible. De allí, que siendo que EL es el creador, de a cada uno tratos diferentes.

"Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo" (Romanos 5:1). Es por medio de la fe en Jesucristo y de nuestra relación con EL, que día a día debemos de sentir una comparación con la vida que EL llevó, para tratar de imitarla, eso, y nada más que eso, es lo que va ir "justificando" nuestros renglones de vida, de tal manera que el día de nuestra muerte estemos mucho mejor que el día que iniciamos nuestra caminata con Jesús. Meditemos.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Galardones y recompensas.

Por años hemos escuchado personas que dicen que no hay "desigualdades" en los cielos, que las desigualdades se dan aquí en la tierra de los mortales. Dicen que cuando estemos en los cielos "todos seremos iguales"; que todos estaremos a la misma altura o nivel espiritual. No es eso lo que la escritura nos enseña.

En Mateo 10, se nos habla de que habrá "recompensa o galardón" de profeta; se nos habla de que habrá "recompensa o galardón" de justo. En 1era. Corintios 3, se nos habla de que quien siembra la palabra tiene una "recompensa o galardón", pero quien riega esa palabra tiene otra "recompensa o galardón". Jesús mismo cuando inició su Ministerio dejó muy claro que quienes iban a tener galardón eran los que sufrieran pobreza, los que lloraran, los que tuvieran hambre y sed, los misericordiosos, los de limpio corazón, los pacificadores, los que sufrieran persecusión (Mateo 5). Y es más, alrededor de éste contexto nos dice que "dentro" de quienes se enseñe este mensaje, habrá quienes sean llamados "grandes o pequeños"... en el reino de los cielos, no en la tierra, sino en el reino de los cielos.

Así que, no es más que "hoy" el tiempo que tenemos para avanzar en los galardones de los cielos, no es más que "hoy" que tenemos la oportunidad de hacer los méritos para poder llegar a obtener dichos galardones, pues la muerte solamente es el día de graduación, y luego no se puede hacer nada como dice Eclesiastés. De la misma forma que el día de graduación del colegio ya no se puede hacer nada, así es la vida, durante el tiempo de estudio se ganan las medallas, las bandas, los mértios. Meditemos.

martes, 7 de septiembre de 2010

¿Por qué buscáis vuestro propio deleite?

En el transcurso de tres décadas que llevamos en la caminata con el Señor, hemos visto muchas personas que ayunan, y que ayunan por largos períodos de tiempo, o que, ayunan muy seguido, y sin embargo, sus respuestas no llegan. La pregunta obligada era, es, y seguirá siendo ¿Por qué razón, si la escritura nos manda el ayuno?.

Pero un detalle se pasa por alto, la escritura es muy clara en decirnos qué es el ayuno; cuál es el ayuno que agrada al Señor, y cómo es el ayuno. En el libro de Isaías en el capítulo 58 vemos la respuesta a éstas preguntas. Dice el señor a su pueblo: "¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio deleite". Y luego pregunta en el verso 5: "¿Es tal el ayuno que yo escogí?..." Y en el verso 6: "¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar libres a los quebrantados? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa, que cuando veas al desnudo lo cubras, y no te escondas de tu hermano?...". Y termina la idea en el verso 7: " Entonces nacerá tu luz como el alba... entonces invocarás el nombre de Jehová y te oirá; clamarás y EL dirá: Heme aquí".

El ayuno ciertamente es bíblico, pero no es para pedir por nuestras necesidades, sino más bien para pedir por las de otros. Estamos tan acostumbrados a ver nuestras necesidades, a encerrarnos en ellas, que nos olvidamos que hay millones de personas que están mucho peor que nosotros en todos los sentidos o áreas de la vida. Intercedamos por ellas, y cuando así sea, dice el Señor: " Entonces nacerá tu luz, entonces invocarás y yo oiré, entonces clamarás y yo te diré: Heme aquí. Meditemos.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Antes y después de Cristo.

Todos los que creemos en Dios estamos en una caminata por alcanzar la santidad, eso nos indica que no somos perfectos, y por lo cual caemos en faltas y cometemos grandes errores, de lo cual estamos plenamente conscientes. Los que no creen en Dios es el argumento que utilizan para atacarnos y para desmerecer la obra que Dios está haciendo en nosotros. Es más, hay quienes toman éste argumento para negar la existencia de Dios.

La promesa de Dios es que cuando le seguimos, EL nos dará las armas para que poco a poco (sus palabras fueron: "Mas la senda (camino o caminata) del justo, es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto" (Proverbios 4:18). Como vemos, la promesa de Dios no fue que un día seríamos imperfectos y que al día siguiente serían perfectos. La promesa es que los tratos personales que EL tenga con cada uno, son los que nos llevarán a reflexionar e ir dejando nuestras faltas en el camino. Por ello, es que lo que sí debe de haber en nuestras vidas es una clara señal de que éramos uno antes de conocer a Cristo, y somos otro (o estamos luchando por llegar a serlo) después de conocer a Cristo.

De la misma forma que los historiadores señalan la historia como "antes de Cristo" y "después de Cristo", así cualquier persona que nos mire, que nos oiga, que nos trate, debe de reconocer que en nosotros hay también un "antes" y un "después" de Cristo. Por no haber visto esa diferencia en muchos creyentes, y especialmente en algunos líderes cuyos interes ocultos son perversos, es que muchas personas se apartan, se alejan, o no quieren saber nada de Cristo. Que no seamos de esas personas. Meditemos.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Las profecías de Dios ¿Quién las puede interpretar?

Muchas son las profecías que la escritura menciona tanto a los hijos de Dios como a los impíos. Debemos tener mucho cuidado al estudiarlas, pues aún y cuando, es bastante fácil conocer cuál es para cuál grupo, la forma de cumplimiento, el tiempo del cumplimiento, y el resultado mismo, casi siempre se llega a conocer "hasta que" se ha cumplido completamente la profecía pues en ocasiones tiene doble cumplimiento, uno en tiempo de los profetas, y otro, siglos después en Cristo o en su pueblo.

Por ejemplo, se le dice a Israel que tendrá una señal: "Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel" (Isaías 7:13). El pueblo oyó la profecía y pensó que su cumplimiento era pronto (recordemos que Isaías vivió alrededor de los años 700 antes de Cristo). Por ello, las familias judías eran tan numerosas, porque cada uno quería obtener la posibilidad de tener un hijo llamado Emanuel... que fuera el elegido. Así, es más entendible también, el por qué los judíos concideraban la "esterilidad" como una maldición, pues creían interpretar que Dios los estaba marginando de la bendición de la señal. Pero volviendo al punto, el cumplimiento se hizo 700 años después, con el nacimiento de Jesús por medio de una virgen, llamado Emanuel (que significa Dios con nosotros).

También a Isaías se le dice que cuando fuere restaurado Israel en los últimos tiempos, se oirá: "¿Quiénes son éstos que vuelan como nubes, y como palomas a sus ventanas?. Ciertamente a mí esperarán los de la costa, y la naves de Tarsis desde el principio, para traer a tus hijos de lejos" (Isaías 60:8-9). En 1948, cuando las Naciones Unidas al fin concedieron un territorio en Medio Oriente para que Isarael fuera restaurado, judíos de todo el mundo llegaron en aviones (volando como nubes, y como palomas en sus ventanas); y llegaron barcos cargados de inmigrantes judíos de todas partes del mundo, especialmente de España (llamada por Josefo Tarsis) y de Rusia. Meditemos.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Dejarán padre y madre y serán una sola carne.

Cuando Dios creó el mundo y puso sobre la faz de la tierra a un sólo hombre, no lo puso así por un error involuntario, por un olvido, o para ver qué era lo que sucedía en su interior. Lo puso solo para que la humanidad entera nos dieramos cuenta que NO ES BUENO que una persona viva o esté aislada.

Dios Padre, al ser el diseñador de la creación y del hombre mismo, sabía cómo funciona el universo y la humanidad, lo que EL deseaba era "enseñarnos" a nosotros lo que sucede cuando una persona se aisla completamente. La soledad lo anula, lo frustra, lo desencanta, y puede llegar hasta provocarle instintos trágicos. Por ello fue que también con el hombre creó a la mujer y la institución del matrimonio. Y, cuando los unió dijo: "Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne" (Génesis 2:24). Esto implica que, cada hombre tiene derecho a una mujer; cada mujer tiene derecho a un hombre (por ello dice "el" y "la", no dice "ellos" y "las"); y que cuando se unen deben buscar un hogar o un lugar aislado de los padres no seguir en dependencia de los mismos.

Pero, también implica, que los padres se independicen de los hijos. Está bien que un padre le tienda la mano al hijo o a la hija, ¿a quién vamos a ayudar fuera sino lo hacemos dentro de casa primero?. Pero, se ayuda con sabiduría del cielo. No podemos ir solucionando todos los problemas de los hijos, se supone que si tomaron la decisión de apartarse, era porque tenían la capacidad de hacerlo. Y, si en dado caso cometieron errores, pues tienen que aprender a pagarlos... esa es una ley de la vida. Así qué, ciertamente los hijos deben separarse de los padres, pero también los padres debemos separarnos de los hijos, y en todo caso, un padre o una madre deben ser "ayuda" para los hijos, no una "carga". Meditemos.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Si estamos con Dios, ¿Quien contra nosotros?

Cuando éramos pequeños e íbamos al colegio, en muchas oportunidades algún alumno mayor que nosotros trató de lastimarnos o de golpearnos, y la más rápida defensa que teníamos era decirle, si me haces algo le digo a mis hermanos mayores para que te golpeen. Como nuestro apellido era poco común, ellos se calmaban pues sabían que en el colegio habían alumnos con el mismo apellido.

Hoy, en los caminos del Señor, nosotros, todos, somos atacados por entes, personas, grupos, y hasta sociedades ocultas que tratan de minimizar, o, de anular la obra que Dios está haciendo en nosotros. A esos entes, personas, grupos, o sociedades ocultas no los podemos enfrentar nosotros, sino tenemos que estar conscientes que el Espíritu del Señor que está en nosotros es quien los debe frenar. La Palabra de Dios nos alienta a que sepamos que la batalla que estamos luchando ya está ganada, si vemos la última página de esa guerra espiritual, los triunfadores somos nosotros porque el triunfo nos lo va a dar el Señor. También la Palabra de Dios nos muestra palabras de aliento que nos deben consolar en la lucha.

Isaías 54:15: "Si alguno conspirar contra tí, lo hará sin mí; el que contra tí conspirare, delante de tí caerá". Isaías 54:17: "Ninguna arma forjada contra tí, prosperará". Apocalipsis 2:10: "No temas en nada lo que vas a padecer". Esas son algunas de las frases con las que el Señor nos consuela y nos anima a que sepamos que, ciertamente, estamos en batalla pero la victoria es nuestra porque EL peleará por nosotros y nos defenderá. Meditemos.

jueves, 2 de septiembre de 2010

¿Quién o qué es nuestra fuente?

Para vivir la vida, especialmene la actual con tanta corrupción, violencia, sexo, drogas, etc, que nos rodea, tenemos que tener una fuente de inspiración. Para muchos es el gim, para otros es el trabajo, otros más su profesión, etc. Pero todos, de una manera u otra tenemos una fuente de inspiración para la vida.

Isaías buscó esa fuente en Dios, en su libro en el capítulo 50 y verso 4 nos dice: "Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado; despertará mañana tras mañana, despertará mi oído como los sabios". Esas son palabras y pensamientos que nosotros guardamos también, le pedimos al Señor que por medio de ésta pequeña ventana, nos de la inspiración necesaria para ayudar a algún corazón que necesite un aliento, un consuelo, una guía, o, como lo hemos comprobado en determinadas ocasiones un "hola". Vivimos tan atariados en nuestros trabajos, pensamientos y metas, que se nos olvida que un pequeño "hola" pueda llegar a significar tanto para otra persona.

Busquemos en Dios la fuente de nuestra inspiración, y podremos como abogados tener mejor servicio para nuestros defendidos; como médicos mejor atención a nuestros pacientes; como comerciantes mejor trato para con los compradores; pero principalmente, como guías espirituales de nuestros hijos mejores consejos. Meditemos.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Te he escogido en horno de aflicción.

¿Quién quiere sufrir? Nadie que conozcamos tiene como meta el sufrimiento, sin embargo, si vemos a nuestro alrededor encontramos personas que sufren soledad, escasez económica, enfermedades, despojos, abandono, penas, angustias, luto, etc. Y es más, MUCHAS de esas personas son creyentes en Dios, entonces ¿Por qué sufren?

En más de una ocasión hemos leído, escuchado, y visto personalmente a líderes que con tal de llenar una congregación proclaman: "Venga a los pies del Señor y sus problemas terminarán". Ciertamente el Señor nos promete paz, amor y tranquilidad, pero no nos prometió NUNCA que nuestros problemas terminarían, lo que SI nos prometió es que EL mismo iba a caminar con nosotros para que pasaramos las pruebas. ¿Acaso, Noé, un hombre de Dios, se salvó del diluvio; ¿Se salvó Jesús, el Hijo de Dios, de la cruz? ¿Se salvaron los discípulos de la tortura y el martirio? ¿Quiénes somos nosotros para seguir el camino de ellos, y sólo tener la gloria y no los problemas? La oferta era, es, y seguirá siendo hasta el día que el Señor venga: "TOMA TU CRUZ Y SIGUEME" (Mateo 16:24), si alguien no ha entendido que la cruz es dolorosa, eso es otra situación. Pero a su mismo pueblo, Israel, Dios le dijo: "Te he escogido en horno de aflicción" (Isaías 48:10) y vaya sino ha sufrido el pueblo de Israel en los últimos dos mil años.

El camino del Señor es duro para quien lo quiera seguir, que EL nos acompañará y nos alivianará ese camino también es otra verdad. De hecho es la verdad que nos debe animar a que tendremos problemas, pero que el Señor está con nosotros para resolverlos. Meditemos.